28/4/11

Lady Heartless

En el País de las Pesadillas, una amedrentada Alicia de pelo enredado, sandalias y cuello largo persigue a un conejo gris. El conejo es portador de un cuaderno con dibujos, una espada de juguete y un reloj. El reloj tiene un precinto de garantía y un lazo. El lazo está lleno de marcas dactilares, ninguna del conejo.
Alicia se pasó la primavera de largo, dejó caer la toalla y mordió la galleta, como Eva en su momento la manzana. No creció sabiduría en sus labios sedientos, sólo se secó el llanto y quemó la piel partida. No sabe dónde empezó el esperpéntico viaje, ni dónde están los villanos. Le encargaron la misión de no escapar si la cosa llegaba a ponerse fea. De no dejar de enseñar las garras. Tanto cuento. Tanta historia.
La Alicia en bikini y con gafas de sol se rinde al calor de la piel de conejo. Su espadachín de ojos redondos como perlitas de gominola. Perseguir sin dirección le aburría y fue feliz. Pero no debe. No serlo. Se miró en sus zapatos de charol, de espejo de celofán, de lago sin cisne vivo. Se obligó a sí misma a arrodillarse ante Su Real Majestad, la Reina de Tropezones. No era a ella a quien buscaban. Sin embargo sí fue ella la que se había arrodillado.
¿Cómo deja una cometa de ser una cometa para ser no más que un trozo de tela que vuela? Todo color es opaco. Más allá de la mitad del camino correcto de ese sueño no lograba decidirse. Migaja humana, pequeña bruja. Al gato de la risa reventona no le interesa tu pena. Al dios de la catedral no le convence tu pena. Sólo a ti puede servirte, como le sirves tú a ella. Escribir es traicionar, y vivir echar de menos.

26/4/11

Mind

Saliendo desde Bank, viniendo desde BG, puedes subirte en el 8 y esperar hasta Angel. Allí tienes tres salidas. Al otro lado del río hay tanta gente que agobia. Son todos turistas.
Londres es una nube color verde esmeralda, que se balancea dudosa sobre el agua, sobre un charco serpentino donde guarda los cadáveres de todos sus fantasmas.
El cemento es color negro. Como siempre.