11/1/11

Fuegos Artificiales

Imagina que cerrasen las ventanas y te apagasen las luces. Las que hacen falta de verdad para ver bien. El corazón a oscuras. Un algodón pequeño de caramelo gastado encajado en la garganta de mala forma. Que te apagasen la lámpara en la mesita de noche y te quedases dormido. La luz del salón, la entrada, las farolas de la calle. La luna. Que te tuvieses que acostumbrar a andar a tientas día y noche, a base de sustos y ruidos incomprensibles. Con el sueño trastornado y el frío del suelo impregnado para siempre en las palmas de tus manos.
Voy a regalarte algo.
Un minuto con treinta segundos de luz.
Salgo a la calle camino a la facultad. Con la cabeza baja para no encontrarme a nadie. Ya no me suele dar miedo, pero odio verles.
Arranca los brazos del suelo y presiona el botón rojo. ¿Lo ves? Estate atento, que pronto un rayo dorado arañará la ciudad hasta chocar con el cielo y explotar hecho un racimo de fuegos artificiales. Sal al balcón un momento. Dile a los niños que salgan, que cristalicen sus ojos de gominola estirando el cuello tanto que al acostarse les duela. Les gustan tanto los fuegos...
Un hilo sube deprisa y causa rajas pequeñas, como un folio a carne humana. Avanza de capa en capa y de nivel en nivel. Pronto llegará a una altura en que arderá y vas a ver cómo se rompe y se crean clones que abrazan la inmensa capa de ozono. ¿Quieres ver caer a cámara lenta sobre tu tejado estrellas que se colocan a un sólo ritmo, por algún tipo de inercia, formando una bóveda perfecta de colores? Son los vómitos del cielo, los poemas de los ángeles caídos.
Dile a los niños que es hora de que se acuesten. Ya es tarde.
Estoy cansada, no puedo más, quiero pedirte perdón y ya no puedo hacer nada. Saltar a tu cuello y decirte que todavía me importas. Pero ni mis brazos puedo levantar ya hasta tu altura. Y no me siento las manos del frío del suelo. No queda forma posible de intentar arreglar nada: te has ido y yo ando a tientas. ¿Cómo hablo con el llanto hecho una bola de cartón en mitad de la garganta? Dile a los niños que cierren el ojo izquierdo y se duerman.
Yo te aviso cuando ocurra. Yo te envío el mensaje.
"El día en que por fin se enamore de mí lloverán fuegos artificiales."
"El día en que por fin me quieras lanzaré fuegos artificiales."
Salgo al balcón a ver los fuegos, me coge de la cintura, une su frente a la mía. Y de fondo un hilo débil se divide en mil estrías dejando desnudo el cielo y pintado con mis uñas. Ocho colores que caen en meteoritos suicidas contra nuestros balcones. Son contrapuertas, palabras, agujas de los ángeles caídos.
Te dije que, si querías, podrías dejarme a oscuras.

1 afectados:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


COMPARTIENDO ILUSION
AMARILLO

CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...




ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

José
Ramón...

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