16/9/11

Pataleta

Quiero sinceridad. No me importa que haya gente que considere el artificio como una forma de arte útil. Mi único arte es la verdad, y mi único método el boxeo literario. No quiero resumir, sino hacer pensar. No se trata de construir laberintos lingüísticos indescifrables, opacos, sino de dejarle a ellos que aprendan a abrir la puerta. Quiero hijos independientes. Quiero crear personas dignas de respeto, no sólo de observación. Quiero romper, no acariciar. Quiero gritar, quiero ira, quiero apretar bien la pluma hasta que empape y atraviese el trozo de folio y manche la mesa. No quiero tatuar, quiero arañar. Quiero que sientan, no que se evadan. No quiero construir lecturas de sudoku veraniego, de sábado por la noche ni de adorno "apañao" de cabecera. Quiero palabras que hieran, que amen y que encandilen.
No quiero escribir por vicio, sino por vocación.
No quiero escribir para conseguir prestigio, sino para desarmar el prejuicio del silencio.
No busco regalarles otro espejo, de esos ya tienen bastantes. Necesitan más ventanas.
Quiero que mis libros sean ventanas.
No quiero picaportes, sino rotos.
No quiero bombilla de salón de mecedora, sino neón insoportable en la boca de un desierto.
Quiero rock, quiero lápiz, quiero coraje y quiero palabra.
Quiero una ovación fugaz a la memoria de Sábato y las 24 horas por delante hundida en papel en blanco.
Estoy harta de folletos, de memorias y de sentimentalismos. Quiero suicidios, rugidos, traición y navajas. Quiero leer valentía. Quiero Victor Hugo, quiero Horacio Quiroga, quiero Herman Melville. No busco competir, imitar ni limitar. Quiero destrucción, poesía. Quiero bestias que se muerdan entre ellas por calmarse unas a otras, por disfrazar su impotencia. Estoy harta de diseño, corte y retórica fácil (o difícil). Harta de politiqueo, de tópicos y de modas. Harta de Borges, guerras civiles y premios de primavera. Estoy harta de ver libros. Yo no quiero vender libros, sino hacer literatura.

0 afectados:

Publicar un comentario