25/10/11

Mariposa

¿Acaso no es aquí donde recojo mis excrementos? Pues que así sea.
Porque parece que no existe diagnóstico comprobable de una ética tan macabra y transparente. No hay una ley natural que verifique ser así. No hay manera de entenderlo. Ni, ya que estamos, de explicarlo. Ni en un blog sensiblero construido precisamente para ello, para intentar descifrar y poner nombre a las cosas que no toco con las manos.
No quise duelo, no me bastaba. No quise huir, no me bastaba. No acepté el silencio absurdo de dejar que el tiempo pase arrastrando la basura. No acepto nada que implique suciedad o ambigüedad. Pero yo en sí soy ambigua, soy sucia y soy triste.
Soy el golpe en la ventana y los cristales cayendo.
Soy el mordisco que encuentra hueso.
Soy el grito hacia dentro y el vuelo desordenado de un pájaro sin una de sus alas.
No entiendo ni veo el problema, no sé por dónde empezar a buscar la solución. No sé si, tal vez, mi única misión -y por tanto único fin- consiste en buscar, pero no implica tener la obligación de encontrar.
Soy como la mariposa que sueltan en el medio de la selva y no recuerda por qué había rogado estar allí.
Soy la selva que la observa.
Miro el reloj y me digo "todo ha ocurrido por algo."


"Borramos con los codos lo que habíamos escrito con el corazón." - "Diamante" (Coti)

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