28/10/11

Mar

Venga, brindemos por la bruja aborrecible que vive en mí. Un maravilloso brindis por todos mis malos ratos. Por este cuenco de cereales, por esta cola de super llena de viejas metomentodo. Por esta ruina de pueblo lleno de hormigas envidiosas, por esta tira de fotos, por esta guerra donde todos quieren luchar sin saber cuál es el premio.
Brindemos por este barro donde intento esconder bien la cabeza.
Me pinto bien las uñas con un rojo pastoso que se me quita al tocar la ropa, me suelto el pelo y me visto como si fuese a importarme quién vaya a verme y quién no. Me echo cacao de frambuesa y chocolate en los labios.
He desayunado hoy. Qué triunfo.
Voy guapa, qué triunfo.
Venga va, pues a beberme el Cola Cao en honor a la serpiente que circula mi garganta, a mi parte insensata e inmadura, a mis horas de desahucio de mí misma. He sacado a pasear mi parte mala, a ver si ayuda a dar brillo, a ahogar con barniz y pasta de dientes sabor mentol, a mi parte más sensata, más honesta, más brillante, más buena. Y brindemos por su garra, que ya mantuvo de pie el mismo cuerpo otras veces.
Ya han dicho todo lo que ellos creían tener que decir. Ahora fuera, que esto es mío. Ahora yo con mi reflejo, que repasa los renglones del guión que le mostré. Los repasa de memoria.
Pienso bajo una lluvia artificial y un plato blanco de ducha.
Todos fuera. Ahora sólo yo y el agua.
Si lo único que quiero es quererte con verdad. Quiero que mi amor sea justo, que sea fuerte y sea valiente. Quiero ver cómo corre por las venas como baja ahora este agua por mis piernas. Que sea tan puro como el jabón, tan limpio como mi cuerpo, tan suave como el champú, tan resistente como este suelo.
Que sea honrado como ya no hay casi nada, casi nadie.
No puedo darte algo menos de lo que tú te mereces. Detesto las medias tintas del despertar porque hay sol, dormir porque ha oscurecido y morirse porque dicen que todos tienen que hacerlo.
No creo a nadie, no creo ya nada.
Quiero un amor raro y noble. Quiero un sol sobre tu techo, no alguna estrella al azar, cruzada de brazos. Quiero una luz que no apaguen ni el invierno ni las nubes. Quiero humanidad, no tinta. Quiero compañía, no celo.
Quiero el tiempo, no un reloj.
Quiero echarte de menos a ti, no a la rutina de estar contigo.
Quiero saber que es posible, descubrir un día de estos que podemos, que la vida puede ser nuestro escenario y escondite, nuestro viaje y nuestra vuelta. Nuestro. Nuestra. Que podemos hacernos felices sin más.
Y no pienso darte menos.


Reproduciendo: Oleo de una mujer con sombrero ~ Silvio Rodriguez.

0 afectados:

Publicar un comentario