15/9/12

La marea

Señores, cerrad el puerto, el navío se queda solo flotando sobre la mar.
Guardando el ancla sigue en pie, sin dirección que tomar y los vientos del revés. Todo delante es agua y niebla, y nadie pertenece a nadie, y ni Moby Dick se siente nadando bajo la nave. Afuera todo es olas y ruido, cadáveres que flotan en un mar muerto, podridos; algas de color azul.
Señoras, cerrad el pico, el timón está cubierto con sábanas y pigmentos submarinos. No anda más. Y el ancla espera señales del capitán del navío, y los vientos no quieren colaborar, y delante todo es niebla que huele a agua y a monstruos marinos, y por fuera todo es ruido, y cadáveres que flotan sobre el mar.
Señores, no subestimen el poder del tiburón, la garra de la marea, Neptuno enfadao, que es dios, y Úrsula, que es mujer y hoy está la luna llena.
Esta brújula cae hondo y la mordisquean los peces, y sé que no se levanta  no porque no pueda, sino porque no quiere. Esta aguja se ha clavado en el arrecife roto de corales que algún día fueron de otros, y ahora no aspira al "jamás". Que se rindan los que naden, los que entiendan de perfumes, de pañuelos, de animales, que se rindan los que sepan qué es rendirse.
Agua sobre agua, guardad el ancla, que yo me quedo de pie, y que el sol se esconda entero, que yo me quedo, buceando cuando me toque, flotando si un día me sale, esperando sentadita en el anzuelo, tragando sal porque quiero, navegando bajo un vómito de nubes y de gaviotas. 
Todo delante es agua y niebla, y nadie pertenece a nadie, y ni Moby Dick se siente nadando bajo la nave. Afuera todo es olas y ruido, cadáveres que flotan en un mar muerto, podridos; algas de color azul. Y el ancla espera señales del capitán del navío, y los vientos no quieren colaborar, y delante todo es cielo que huele a agua y a monstruos marinos, y por fuera todo es ruido, y cadáveres que flotan sobre el mar.
Que aparezca el iceberg, que yo no me muevo más.

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